Sebastián García Garrido

 

 

 

 

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Dedicar el número 1 de nuestro Boletín como homenaje a Olivetti en su Centenario es mucho más que el reconocimiento obligado de todos los que trabajamos en el campo del desarrollo y la innovación en Diseño. Esta dedicatoria supone el deseo de nacer en sintonía con la que fue una sociedad ideal, en todas sus aspiraciones, desde el momento en que Camilo Olivetti (1868-1943) la crea en 1908, en la pequeña ciudad de Ivrea, a los pies de los Alpes italianos.

Evolución logotipo Olivetti anónimo, 1908;

Xanti Schawinsky, 1934; Giovanni Pintori, 1947;

Walter Ballmer, 1970. ASO

 

Cartel de la portátil MP, Aldo Magnelli, 1932. ASO

 

Cartel de la portátil Valentine,

diseñada por Ettore Sottsass

y Perry King, Milton Glaser, 1969. ASO

 

Divisumma 18, Mario Bellini y otros, 1973. ASO

 

Divisumma 18, 1973. SGG

 

Fábrica Olivetti en Pozzuoli, Nápoles, 1951. ASO

 

Edificio de Hispano-Olivetti en Barcelona, 1964. ASO

 

Carteles promocionales de Giovanni Pintori;

Olivetti scrittura elettrica, 1964; Multisumma 22,

1956-58; Divisumma 24, 1956-58. ASO

 

Obra de Giovanni Pintori. SGG

 

 

Teléfono Miriam 100,

George Sowden y Simon Morgan, 1988. SGG

 

Su nacimiento se enmarca en los renovadores, optimistas y fértiles años, para el progreso de la sociedad internacional, que supusieron esos primeros del nuevo siglo. Quizás se debió tomar conciencia de la ruina que supusieron las continuas disputas y revoluciones que se sufrieron durante el siglo anterior en buena parte de nuestro ámbito occidental. Unos ideales propios de un príncipe del Renacimiento hicieron que esta empresa se iniciara con una mentalidad que pretendió reunir todos los avances y conocimientos alcanzados hasta la fecha para aglutinar un firme esfuerzo por lograr una corporación modelo de humanismo y desarrollo integral de la sociedad. En este sentido, Camilo Olivetti viaja ese mismo año a Estados Unidos para poder desarrollar el equipamiento técnico; en 1909 se funda ya una Mutua propia financiada paritariamente por la empresa y los empleados; en 1910 nace el primer modelo de máquina de escribir, la M1, creada por el propio Camilo Olivetti y su director técnico Domenico Burzio; y en 1911 se presenta la M1 en la Exposición Universal de Turín y obtiene el primer contrato importante, de cien unidades para la Marina Italiana.

En la Cronología Olivettiana, que cierra la magnífica publicación realizada en Turín con motivo de este aniversario y de la gran exposición Olivetti: una bella società, cada año prácticamente se consigue un logro reseñable en el panorama internacional, digno de ser emulado por otras sociedades del mundo. Sin embargo, la mentalidad de la cultura mediterránea antigua en la que nace no coincide en sus ideales clásicos —de verdad, belleza y bondad— con los modelos de sociedades del mundo anglosajón. El espíritu innovador y abierto para desarrollar nuevas teorías y asumir logros que han funcionado en otros casos permite que el propio sucesor Adriano Olivetti (1901-1960) sea autor de importantes publicaciones sobre la innovación empresarial, como: L’organizzazione scientifica del lavoro, y “Considerazioni sulla direzione di industrie complesse di massa”, en la revista Técnica e Organizzazione, que editan desde 1937 y viene dedicada a los problemi tecnici e organizzativi dell’industria moderna. 

Adriano comienza su trabajo en la empresa familiar como operario, a los veintitrés años, y después de una estancia de estudios en Estados Unidos participa con su padre, en las tareas de dirección, hasta que en 1927 organiza un Servicio de Publicidad, que dirige hasta ser Director General de la corporación cuando ésta cumple los 25 años. Su mentalidad de estadista ilustrado recuerda otro precedente en nuestro ámbito cultural, el de Carlos III, aún como Rey de Nápoles, cuando crea en San Leuccio, toda una sociedad destinada al desarrollo social y productivo, alrededor de la industria de la seda; desde su producción hasta la más sofisticada manufactura, atendiendo a todas las necesidades vitales, sociales e intelectuales de los trabajadores. En este sentido se crea el Centro Formazzione Mecanici, mediante una moderna dirección técnico-didáctica a cargo de Agostino Sanvenero, se instituye una semana de fiestas de la empresa, las ayudas nupciales, el servicio automovilístico para los empleados, la Oficina de asistencias sociales y se perfeccionan los dispositivos de prevención de accidentes; se construyen barrios residenciales para los trabajadores, salas de lectura y zonas de recreo y jardines en las fábricas; se crea la editorial Nuove Edizione Ivrea; se crea la Asociación Spille d’oro para los empleados de más de 25 años de antigüedad; y se pone en marcha la primera experiencia italiana de planificación territorial en Italia, con el Plan regulador del Valle de Aosta, por el que la sociedad reparte sus fábricas para descentralizar su ámbito y contribuir al desarrollo de toda la comarca próxima.

Esta tendencia antiglobalizadora la echamos de menos en la política actual de las principales empresas contemporáneas. Éstas sólo contemplan el establecimiento fuera de su país, como fábricas para el uso de mano de obra barata, como recurso para evadir impuestos o como ampliación y control de los mercados. La descentralización es otro de los ejemplos que ha venido ofreciendo Olivetti a la realidad corporativa internacional. En su caso y coincidiendo con la celebración de la Exposición Universal de 1929 y la Iberoamericana de Sevilla, se crea en Barcelona la primera filial en el extranjero, la Hispano Olivetti, y se comienza a desarrollar la presencia en América del Sur, en la que se crea en 1932 la primera filial en Argentina. Olivetti África, Australiana, Mexicana, Hellas, Hong Kong, British Olivetti, Olivetti Corporation of America, Perú, Colombiana, Venezuela, Japan, etc. se suceden como empresas filiales, no sólo como fábricas o sedes comerciales, cuyos edificios resultan símbolos emblemáticos de la empresa, encargados a arquitectos como Ítalo Lauro y el estudio BBPR, para la sede y otro edificio en Barcelona.

En cuanto a la excelencia desarrollada en el ámbito del Diseño, se promueve el protagonismo de la creatividad en todos los sectores de la empresa. Al inicio de los años ’30 Aldo Magnelli proyecta el primer fichero horizontal, Olivetti Syntesis, y la primera máquina de escribir portátil, MP1. El citado Servicio de Publicidad se transforma rápidamente en Oficina para el Desarrollo y Publicidad y desde su sede en Milán y dirigida por Renato Zveteremich encargan proyectos a los más importantes diseñadores industriales, Xanti Schawinsky, Edoardo Persico, Marcello Nizzoli; a los más reconocidos arquitectos Luigi Figini, Gino Pollini, Gianluigi Banfi, Ludovico Belgiojoso, Enrico Peressutti, Ernesto N. Rogers; y diseñadores gráficos de la talla de Bruno Munari, Luigi Veronesi, del Studio Boggeri o del impresor Modiano.

A partir de aquí se produce una creciente revalorización de la imagen y estética de la compañía no sólo en sus productos, sino también de sus centros de producción, oficinas, edificios para la comunidad de empleados, establecimientos y espacios expositivos. La revista Domus publica, por ejemplo, el proyecto de Schawinsky para la primera tienda en Turín. El propio Adriano Olivetti obtiene en 1955 el Premio Compasso d’oro “por los méritos conseguidos en la estética industrial” y en 1979 se concede el mismo a Olivetti, por “su actividad integradora en el ámbito del diseño”. Pero es en 1946 cuando se produce el punto de inflexión más relevante en la calidad de la Comunicación de Olivetti, con la incorporación del diseñador gráfico Giovanni Pintori para hacerse cargo de la identidad visual corporativa de la sociedad, como se iniciara también en 1908 en AEG con la contratación de Peter Behrens con el objetivo de poner en marcha la integración de todos los sistemas visuales que forman parte de la corporación, y cuya práctica no llega a repetirse considerablemente hasta las década de los ’50 en EE.UU. con Paul Rand, y en España e Iberoamérica al inicio de los ’70 con Joan Costa, como referentes pioneros en el mundo en implantar los programas de Identidad Visual Corporativa y el funcionamiento de la Dirección de Comunicación. Pero la comunicación institucional, interna y externa, es potenciada mediante una serie de publicaciones como la revista para empleados Comunitá, la edición en Florencia de la revista bimestral seleArte, dedicada a la cultura, selección e información artística; el magazine GO; el periódico Notize Olivetti y su versión audiovisual Notize Olivetti TV; o la revista de arquitectura contemporánea Zodiac. Olivetti instituye al mismo tiempo sus Premios de Arquitectura y Urbanismo.

La producción se diversifica y se ofrecen productos totalmente innovadores en prestaciones y tecnología; entre otros, en 1983 nace el primer ordenador personal Olivetti M20 y en 1986 Olivetti entra en la producción de software y participa en la producción informática en colaboración con importantes empresas estadounidenses, europeas y japonesas. Posteriormente (1999) Olivetti entra en el ámbito de las comunicaciones al obtener el control, mediante OPA, de Telecom Italia; y, dos años más tarde el grupo financiero de Marco Tranchetti adquiere igualmente mediante OPA, Olivetti-Telecom; en 2002 el endeudamiento financiero de la compañía es más alto que la facturación del grupo y en 2003 Olivetti cancela su cotización en la Bolsa italiana; en 2005 resurge Olivetti Tecnost, que fabrica en la localidad de Anad (Valle de Aosta) terminales de fax e impresoras y el complejo de la compañía en Ivrea se intenta valorizar como Museo a cielo abierto de la Arquitectura Contemporánea.

Olivetti fue la primera industria europea en ser invitada para realizar una exposición de sus productos industriales y sus piezas gráficas publicitarias en el MoMA de Nueva York, en cuya colección permanente existen varios modelos de sus máquinas de escribir, calculadoras electrónicas o monitores de vídeo, proyectados por Ettore Sottsass, Perry King y Mario Bellini; el diseñador andaluz Santiago Miranda, con P. King, realizó varios proyectos, como el primer ordenador portátil M10 (1983). Los objetos y artículos de promoción publicitaria son de un alto valor artístico, dada la calidad y autoría de los principales diseñadores; la propia gráfica publicitaria, en la que participaron posteriormente diseñadores como el propio Ettore Sottsass, Roberto Pieraccini, Adrianus van der Elst, Isaka Yoshitaro y Milton Glaser; los ciclos artísticos, entre los cuales se reunió en un mismo encuentro a Barthes, Foucault, Lévi Strauss y Pasolini; el mecenazgo en Arte Contemporáneo y la contribución a la restauración y conservación del patrimonio histórico-artístico completan esta destacada labor de una compañía que en esta gestión de su identidad no sólo fue pionera sino modelo para todas las demás.

 

 

 

Referencias del texto:

 

_Giorgi, Manolo de-Morteo, Enrico (eds.), Olivetti: una bella società, Umberto Allemandi & C. Torino 2008.

_www.torinoworlddesingcapital2008.it

_www.olivetti.it

 

 

Créditos fotográficos:

 

_ASO.- Archivo Histórico Olivetti-Ivrea,

publicadas en Giorgi, M.-Morteo, E. op. cit.

_SGG.- Fotografías del autor en la exposición Olivetti: una bella società.

 

 

 
 

Programma 101, calculadora electrónia de sobremesa considerada el primer ordenador personal del mundo,

Pier Giorgio Perotto y Mario Bellini, 1965

 

Calculadora electrónica Gioconda,

Michele De Lucchi, 2001. SGG

 

Ordenador personal M20

Ettore Sottsass, 1981. SGG                     

 

Ordenador personal portátil Quaderno,

Mario Bellini, 1992. SGG

 

Calculadora impresora portátil Logos 9,

Antonio Macchi Cassia, 1980. SGG

 

Máquina de escribir electrónica

ET 201, Mario Bellini y otros, 1978. SGG

 

Ordenador personal portátil M10

Perry King y Santiago Miranda, 1983. SGG



Divisumma 28, Mario Bellini y otros, 1973. SGG


Mobiliario de oficina Olivetti, serie Spazio,

Estudio BBPR, 1960. SGG

 
Transportadora de fábrica


Málaga, 31.10.2008